miércoles, 28 de septiembre de 2011

Rendirse jamás, Jorge Bucay


....textos que hacen tambalear decisiones importantes.


Nuestra vida está llena de sueños. Pero soñar es una cosa y ver qué hacemos
con nuestros sueños es otra.

Por eso, la pregunta es, qué hicimos, qué hacemos y qué haremos con esa
búsqueda llena de esperanzas que los sueños, ellos, prometieron para bien y
para mal a nuestras ansias.

El sueño del que hablamos no es una gran cosa en sí mismo: una imagen de
algo que parece atractivo, deseable o por lo menos cargado de cierta energía
propia o ajena, que se nos presenta en el mundo del imaginario. Nada más y
nada menos.

Pero si permito que el sueño me fascine, si empiezo a pensar "qué lindo sería", ese sueño puede transformarse en una fantasía. Ya no es el sueño que sueño mientras duermo. La fantasía es el sueño que sueño despierto; el sueño
del que soy conciente, el que puedo evocar, pensar y hasta compartir. "Qué
lindo sería" es el símbolo de que el sueño se ha transformado.

Ahora bien, si me permito probarme esa fantasía, si me la pongo como si
fuese una chaqueta y veo qué tal me queda, si me miro en el espejo interno
para ver cómo me calza y demás... entonces la fantasía se vuelve una ilusión. Y una ilusión es bastante más que una fantasía, porque ya no la pienso en términos de que sería lindo, sino de "cómo me gustaría". Porque ahora es mía.

Ilusionarse es adueñarse de una fantasía. Ilusionarse es hacer propia la imagen soñada.

La ilusión es como una semilla: si la riego, si la cuido, si la hago crecer, quizás se transforme en deseo. Y eso es mucho más que una ilusión, porque el "qué lindo sería" se ha vuelto un "yo quiero". Y cuando llegó ahí, son otras las cosas que me pasan. Me doy cuenta de que aquello que "yo quiero" forma parte de quien yo soy.

En suma, el sueño ha evolucionado desde aquel momento de inconciencia inicial, hasta la instancia en que claramente se transformó en deseo sin perder el contenido con el cual nació.

Sin embargo, la historia de los sueños no termina aquí; muy por el contrario, es precisamente acá, cuando percibo el deseo, donde todo empieza.

Es verdad que estamos llenos de deseos, pero estos por sí mismos no conducen
más que a acumular una cantidad de energía necesaria para empezar el proceso
que conduzca a la acción. Porque... ¿qué pasaría con los deseos si nunca llegaran a transformarse en una acción?

Simplemente acumularíamos más y más de esa energía interna que sin vía de
salida terminaría tarde o temprano explotando en algún accionar sustitutivo.

Si un sueño permanece escondido y reprimido puede terminar en un deseo que
enferma, volviéndose síntoma; y aún si con suerte no llegara a somatizarse
el deseo sin acción es capaz de interrumpir toda conexión pertinente con
nuestra realidad de aquí y ahora.

El deseo es nada más y nada menos que la batería, el nutriente, el combustible de cada una de mis actitudes.

El deseo adquiere sentido cuando soy capaz de transformarlo en una acción.

El deseo me sirve únicamente en la medida en que se encamine hacia la acción
que la satisfaga. Nuestra mente trabaja en forma constante para transformar
cada deseo en alguna acción.

Cada cosa que yo hago y cada cosa que decido dejar de hacer está motivada
por un deseo, pueda yo identificarlo o no.

martes, 27 de septiembre de 2011

Caminando

...esta semana voy a respirar, necesito concentrarme, tengo que tomar una decisión importante, y haga lo que haga, gracias por hacerme especial ante los ojos de los que merecen la pena...

....nada es perfecto, solo distinto, y por ello hermoso.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Encuentros esporádicos: dilataciones del corazón

"...insensatamente seguimos añorando aquello que no poseemos, agarrados a la débil esperanza de acariciar lo que no nos pertenece, edificamos barricadas de ilusión intentando sentir las intransigencias de la vida. Que terco el humano, y que hermosa su lucha incansable por un sueño."

R. Leiva


Casualmente, hoy, me topé con alguien, un viejo amigo de la infancia; amablemente, nos dispusimos a intercambiar algún que otro vocablo transversal sobre el golpeo de la vida en nuestros rostros. Su júbilo al saber de mí, fue intachable, hacía tanto tiempo que no sabíamos el uno del otro, que no dejaba de preguntar sobre el peso de los días, el trato del mundo y mi manera de hacer camino. Fueron preguntas estrambóticas, sin argumento, una borrasca intrépida en exceso de interrogantes, pero tenían una gran cantidad de mensajes subliminales, como si minutos antes, hubiera estado hurgando en mi interior, explorando mis emociones y ahora quisiera sacar el jugo voraz de mi estupor. No lo entendía, iba demasiado veloz, trazos de mi vida presente emergían de su aliento audaz, hablaba de la constancia, de la ilusión, de la entrega, de la esperanza....de la espera. Quería romper aquella situación, me estaba desnudando el alma, me estaba diciendo lo que necesitaba escuchar, pero no lo quería admitir, no de alguien que no conozco, le interrumpo una y otra vez intercalando la vida de algún que otro amigo en común. Una mano en mi hombro, una sonrisa cómplice y... "no olvides quien eres Leiva, eres afortunado". ¡¿QUIÉN DIABLOS ERES, QUE QUIERES DE MI!? proclamé en mi interior, pero el asombro me hizo entrar en un momento de parálisis, y sólo pude decir con la cabeza cabizbaja, "eso nunca amigo, eso nunca", mientras una tímida sonrisa esbozaba mi rostro. Rápidamente quise desaparecer de allí, todo se detuvo en la avenida Barcelona, me sentía observado, como si llevara un letrero en la espalda que resumiera mis pensamientos, mis emociones, y aquel intruso amigable del pasado, no sólo lo había leído, sino que había tenido la osadía, de reconocerlos, valorarlos y avivarlos en el paisaje decorativo de mi vida. "A ver si nos vemos tranquilamente, nos tomamos un café y nos ponemos al día" dije lentamente mientras mis pies me alejaban de su presencia, tomar un café con ese "individuo"... podría despellejar mi alma, desvestir mi pecho, despojar lo mas hermoso de mi corazón, expoliar mi secreto...quizás yo aún no esté preparado para ello.



"...sensatamente seguimos amando aquello que añoramos, agarrados a la esperanza por acariciar lo que nos pertenece, lo que nos hemos ganado... lo que amamos, urbanizando ilusiones que transigen nuestro paso por la vida. Mientras más terco el humano en su lucha, doblemente hermosa su victoria."

R. Leiva



lunes, 12 de septiembre de 2011

"...como un lazo en un ventilador"

La ciudad ya perece imparable, impasible...imperturbable. Siento el eco instantáneo de los cerrojos que giran su bombín a derecha e izquierda, tres, cuatro y hasta cinto vueltas de llave llego a distinguir audazmente, quizás con la mera proposición, de salvaguardar los sueños de los que habitan tras la puerta. Cuanta gente viviendo en esta inmensa avenida, en este paseo cordobés, por el que tantas veces he posado mis huellas, y despojado mis pensamientos. Todo duerme aparentemente, algún que otro automóvil a una velocidad excesiva, una pareja hablando a través de sus manos, los semáforos que no deja de trabajar ni a estas horas...
camino pensativo, entre el tumulto silencioso de las farolas que alumbran mi senda cada 6 metros y medio, no dejo de mirar a todos lados, quizás busque algo, no necesariamente tengo que encontrarlo.

Una joven me intercambia una mirada cómplice, como si dijera, "oye que vas en dirección contraria..." Me detengo, y miro el inmenso hotel iluminado por focos de luces de colores, rojo, morado, azul... cada planta un color, en cada ventana, una vida, y sin saber muy bien como y porqué, sin apenas esperarlo, algo que sabía que tarde o temprano iba a suceder..."los días raros" de vetusta, sacudiendo mis oídos,¡sí!, hoy se volvió raro el día, como tantos otros, "son vicios por perfeccionar", pero aún queda mucho camino que construir, muchas inquietudes que descubrir. A medida que la canción va acelerando su ritmo, el encanto de la enajenación me cautiva, volar sin alas, y con los pies en el suelo, es algo maravilloso, todo a mi alrededor cobra vida, me incita a vagar en la dirección equivocada, no hay miedo, el miedo es humano, yo soy humano, por eso camino en la dirección inequívoca de mis emociones, si tengo que caer, que sea de lugares bien altos, no queda otra...

Es inevitable, sonrío, y miro a la estrellas, vuelvo a sonreír, "que andarás haciendo", y de repente... una estrella fugaz.






viernes, 9 de septiembre de 2011

noches eternas

...son las 4:30, y la noche dio para mucho....he pensado mucho, he bebido mucho, he añorado mucho....
sigo abrazado a tu recuerdo...


se tambalea

viernes, 2 de septiembre de 2011

Corazones de cristal

...y así continúan las emociones, como tantas otras, acariciando vasos de ron cubano..