Hoy siento esa sensación de cosquilleo soñador, de pasar entre la alameda de bancos rojos, con la mirada perdida en el tiempo, con el aliento imaginario de poder volver a verte, de sentir tu tranquilidad abrazarme dócilmente. De querer cambiar el mundo con tan solo tu proclamarlo sobre mis oídos. Quiero volver a latir, a sentir tu paciencia sobre mi vida, a darte aquello que no dí jamás, a querer ser el espejo de tus metas, a simplemente abrazarte y dibujar sobre tu piel, de manera sutil, el universo de unos ojos.
Hoy, he vuelto a vestirme con la ignorancia de los 14 años, he vuelto a sentir, ha suspirar, a creer en alguien, a pensar que la vida es una sucesión de batallas con una sola inspiración. He dejado de ser un solitario transeúnte por la alameda, y sin saber muy bien como y porqué, salí de ella, para caminar por los verdes prados, para ver si te encontraba, para ver si veía en el cielo azul, alguna señal que probara de manera plena, la cadena de la que me deshacía. Por momentos he dejado de ser un profano híbrido débil y cobarde.
He dejado de existir por pequeños retazos de vida, y por eso he vuelto a sentir, ojalá que tus ojos guien el camino para poder vivir más allá de mí.
1 comentarios:
Sus ojos te guiaran, pero tienes un corazón que sabe muy bien a donde llevarte, escuchalo y no te arrepentirás.Un abazo
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