martes, 14 de diciembre de 2010

El tenue gris del alma

¿A quien pretendo engañar? Intento consumir esta soledad fría y despiadada que ya se adueña de mi. Ya no veo hojas en los árboles y el cielo tiñe mi pupila con su tenue gris.
Y es que, hay vidas apagadas, sin espíritu, sin aliciente por el que caminar. Hoy la vida se estanca en un camino oscuro, abrazo tu recuerdo, te busco en el cielo, entre las estrellas, pero no te encuentro, cada minuto te alejas de mi, siento tu lejana presencia creciendo en lugares que no habité junto a tí, y es que, no creo que esta vida no merezca la pena, porque sé que la merece, pero ahora, busco la luz que la alumbre, y es que esa luz son sólo tus ojos, que por una mirada tuya desvanecería toda una eternidad, que por volverte a mirar tan sólo una vez mas, me condenaría a vivir en un mundo gris. Que hoy ví una estrella fugaz a la que puse tu nombre, y ella me sonrió, pero pasó fugazmente, alejándose de mí, y yo mientras tanto solo pretendo darle algún sentido a esta existencia que se desvanece...que ya tan solo se escribir cuando tu piel es mi lienzo.

1 comentarios:

Pauu dijo...

Hay que luchar porque el cielo no nos tiña de su color en invierno... Ese color tan feo y apagado.

Pd: Me encanta la última frase.