viernes, 13 de noviembre de 2009

La fortuna de tu vida

Vivimos presionados por el material corrosivo del que se compone una parte de nuestras vidas. Rodeado de aquello que no tenemos, ensuciamos vagamente los cristales de los vecinos, empañamos con nuestro afán egoísta, el escaparate de aquél que posee otro camino.

La codicia quebranta nuestro lado mas humano, ha contaminado nuestras almas de la manera mas insospechable posible. Vivimos henchidos de satisfacción superficial, nos contentamos con lo que tenemos porque es lo que hay, lo que toca, y sólo vemos nuestra felicidad más plena en el materialismo que envuelve a los demás. Por eso deseamos todo lo que los demás tiene.
Hay personas que buscan una fortuna inmediata, caminan consternados por sueños de películas, donde de la manera mas frenética, aparece un tesoro que cambia vidas por completo, para ser alguien que nunca serán y que nunca están destinados a ser.

Yo pienso que la fortuna de las personas se halla en lo cercano, en lo cotidiano, en lo predecible del alma, en el camino continuo hacia el bien y en el ser siempre fiel a lo que eternamente se ha sido.

La fortuna nos acaricia prematuramente, pero seguimos encaprichados en los lujos insultantes de los demás.

No existe fortuna ni tesoro más grande, que aquél pequeño detalle que descubrimos en el batir de los días, y que nos hacen esbozar una tímida sonrisa de aliento y felicidad. La fortuna de nuestro camino, nuestro tesoro más humano, se halla, hayá donde esté nuestro corazón más puro y desnudo posible.

1 comentarios:

Ana Lógica dijo...

:) Como esta gran verdad que me hace a mí esbozar una sonrisa, de saber que aún queda gente que vale la pena en esta sociedad, y que piensa con la cabeza.

Bye Rafita!