domingo, 29 de mayo de 2011

Bebiendo a caladas

...Y allí estaba, ebrio, apoyado sobre la barra, deleitándose descaradamente en la copa, el humo del cigarro desgarrandole el rostro, la yema de sus dedos empapados de ron, el teléfono móvil cerca, en el bolsillo de la camisa hilfiger, la mirada perdida, su vida en cada calada, en cada trago, veía escenas vividas en la silueta del humo que era el preludio del siguiente cigarro, quería flotar, como los cubitos de hielo, que incluso siendo minuciosos, asomaban debilmente su corazón de hielo.
Todo pasaba fugazmente, de vez en cuando, un zarandeo de cabeza al ritmo de la canción, para no trasmitir la soledad de humano hundido, desilusionado... Mirando la copa algo le viene a la cabeza: "todo fluye, todo se transforma"
Las 5 de la mañana y el teléfono en la mano, esperando una señal, agarrado a algo que no aparecerá, sintiendo como el alcohol recorre cada rincón de su cuerpo, matando la coherencia, la sensatez... deseas huir, darle una patada a la vida, y desaparecer. Por un momento no quieres vivir, pero el alcohol no domina aún tu vida, y tienes ráfagas de lucidez, recuerdas porque estas alli, porque bebes, porque tienes el movil cerca, porque fumas y porque buscas desesperadamente un rostro familiar en la gente... y entonces, te sienes cansado, apagado y con ganas de que pase esa sensación de mierda, que te hace vivir muriendo tras cada trago, cada calada.
Subes al autobus, dispuesto a poner rumbo a casa, mientras tanto, tu rostro en el reflejo del cristal te mira penetrante, de fondo la ciudad te acaricia impasible, casi esta amaneciendo, gente que va y viene, cada uno con sus problemas, él con los suyos, en unos minutos, dormirá, y no querrá volver a estar en esa circunstancia de derrota, de pérdida...
Intenta meter la llave de casa en la cerradura del portal, y derepente, algo se cuela en su pensamiento, unas ganas inmensas de pasear, aunque sea una vuelta a la manzana, y saborear esa sensación de sentirs perdido, de no tener nada.. piensas, no deja de pensar, a cada paso miles de pensamientos, ¿acaso le estarían pagando con la misma moneda con la que ya alguien fue pagado? ¿Porque se sentía utilizado? ¿Porque tenia ganas de decir las cosas tal y como las pensaba, tal y como eran? ¿ porque no tenia miedo de golpear con su voz quebrantada el corazon de ella?
Y entonces, su alma se apaciguó, y recordó porqué estaba allí, porque había salido, porque había bebido, porque había fumado, porque llevaba el móvil cerca, porque buscaba un rostro familiar entre la gente... Introdujo la llave en la cerradura del portal, llamó al ascensor, se bajó en el tercero, entró en casa, bebió agua, se desnudó, y justo antes de cerrar los ojos, sintió la necesidad de abrazarla y no dejarla escapar.

...La mayor batalla se libra por dentro.

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