Cruce de emociones, paralelas, de reojo y sin armadura. El tiempo sigue su curso, el reloj impaciente que no espera, borrones que impregnan cada minuto, segundos sabor eternidad, horas estancadas en periplos sensacionales, y mi clepsidra que no mengua su prisa.
Pues solo yo soy guardián de mi equilibrio y mi verdad.
1 comentarios:
Sí, toda la razón
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