miércoles, 18 de junio de 2008

UNA MISION

Caminamos sin un destino al que acudir, somos la sombra honorable de aquél hombre leal que nació y murió en un tiempo pasado. Y es que en este mundo caótico, vivimos corrompidos por todo aquello que nos rodea... vivimos atrapados en un mundo profano donde el sentimiento ya no aflora, inmersos en la penumbra de una melodía, una melodía manejada por unos pocos. El mundo en el que vivimos es el sueño frustrado de nuestros antepasados, hemos creado un lenguaje que muere en el silencio de las palabras; las miradas robóticas hablan por sí solas mediante la falsedad y la crueldad. En la soledad de la noche, intento sumergir mi vida en un bello pensamiento que nace de la incertidumbre de un sueño, un sueño que se desvanece y se desploma en la distancia, un sueño que nace de los ojos de un niño, un niño que lamenta el lugar en el que ha nacido, un niña que maldice cada minuto de su vida. Existe un lenguaje que va más allá de las palabras, la mente digital del hombre no lo comprende, pero, estamos creando monstruos, personas que no ven más allá de su propio ego, que viven por y para ellas, pero... donde queda la esperanza del hombre por un "mañana incierto", dónde está la humildad de nuestros padres, el amor de nuestros hermanos, la solidaridad de una sonrisa cómplice, donde queda todas aquellas cosas que nos hacen ver el mundo como lo que es, donde queda la muerte de la hipocresía o el desvanecimiento del dolor humano, donde queda la esperanza de un niño que se desploma, como limpiar las lágrimas de aquél que no tiene nada.... acaso las máquinas van a secar sus lágrimas, acaso el reloj nos susurrará la profundidad de lo que vivimos... algún día surcaré la distancia que nos separa para alejarme por un tiempo de esta cruel vision, y regocijarme en tu aldea, pequeño amigo hambriento, para ayudarte a pasar esta vida injusta de la manera mas amena posible...

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